Friday, August 13, 2004

La Nueva York del Perú

Por: Gery Vereau
Tres cosas negativas de Chimbote, una de las mayores ciudades industriales del Perú donde se encuentra la siderurgica del Perú y la mayor batería de fábricas de harina de pescado de América del Sur, me dieron alcance en Nueva York. La primera, la crónica de un viajero limeño que la mostraba como una ciudad de la que hay que salir corriendo. La segunda fue una pregunta ¿Cómo es Chimbote? de una maestra puertorriqueña que no creyendo mis palabras buscó la opinión de algunos peruanos en el chat "Es una ciudad muy fea" le dijeron. La tercera fue una imagen de la televisión, de un lamentable enfrentamiento en el municipio de Chimbote. Este cuadro era para aplastar a cualquier argumento, a cualquiera que no conozca lo que es Chimbote.Las imágenes más frecuentes de Chimbote, para el peruano que vive en el Perú son las de una ciudad de "El olor del dinero" con penachos hediondos esperando a los viajeros que arriban. Una ciudad ardiendo en las llamas blancas y negras, del humo de la harina de pescado para el que la ha visto en el desierto de la cinco de la madrugada. Y para el extranjero, una ciudad donde podía pasar cualquier cosa: algo asi como "El Far West" norteamericano, como lo dijo el sociólogo francés Dennis Sulmont, autor de Chimbote (a) en la revista Altamar.Todo eso es parcialmente cierto, no es toda la verdad.En una de esas tardes, lejanas en Chimbote, en que el líider político Haya de La Torre atendía pacientemente las largas filas de las gentes que pugnában por darle la mano, un acto que cumplían con la sensación de haberle dado la mano a un sabio o tal vez un Profeta, le escuché decir que "Chimbote será la Nueva York del Perú".A Nueva York, la menos americana de las ciudades estadounidenses según la escritora Susan Sontag, no solamente la definen sus rascacielos a los que recientemente un peruano, el arquitecto Bernardo Fort Brescia y la estadounidense Laurinda Spean, le han agregado uno singular: el Hotel Westin, que es presentado como un hito de la arquitectura latina en loss Estados Unidos; no solamente la imponente estela de Manhattan sobre el rio Hudson, no sólo la estatua de la Libertad; no sólo la isla de Elis por donde desembarcaron millones de inmigrantes escapando de la hambruna de Europa.A Nueva York, digo, la definen antes que todo sus habitantes, la presencia multicultural de sus gentes. Aquí conviven sin problemas Hindús y paquistanies, chinos y japoneses, blancos y negros, africanos y sudafricanos, irlandeses e ingleses, coreanos del sur y del norte, latinos y anglosajones que en su música, comida, vestido, folklore, forma de ser y de expresarse, la han convertido en una ciudad donde el término, ya un lugar común, ciudadano del mundo, le calza con indiscutible propiedad. Y eso la hace creativa, rápida, dinámica. En los Estados Unidos mudarse de una ciudad a otra es relativamente fácil y frecuente, luego del atentado del 9/11otros hubiera desertado pero el neyorquino no. Se despercudió el polvo, secó sus lagrimas, enterró a sus muertos y siguió adelante. A Chimbote le pasó algo parecido, el terremoto de 1970, que lo sacudió un escupitajo de 7.3 grados en la escala richter, equivalente aproximadamente de 100 toneladas de dinamita, no disuadió a sus gentes. La tierra, días después seguía temblando, pese a ello sus ciudadanos seguían su vida con la normalidad del marido que disimula indiferencia ante los berrinches de la mujer amada.Chimbote en otro sentido era la Nueva York del Perú, en el sentido cultural que la emigración organizó. En más de un sentido Chimbote fue un punto de encuentro en la geografía cultural del Perú.
Esta ciudad fue, lo han dicho muchos, la primera ciudad moderna del Perú contemporáneo no sólo por ser un de las primeras ciudades con un su trazado urbano moderno, calles y avenidas anchas, àreas urbanas para la e industria, vivienda, esparcimiento perfectamente delimitadas por el trazo del famoso aventurero nortemaericano, y constructor de ferrocarriles, Enrique Meisggs alguna vez llamado "El Pizarro Yanqui", y a su hermano Juàn. Como un dato al paso hay que señalar que alguna vez el gobierno de los Estados Unidos, antes de la Gran Guerra. pensó comprar esta ciudad para instalar allí un enclave, por tener su bahía una ubicación estratégica portegida por dos islas ideal para establecer una base de la armada norteamericana.
En eso se parece a Chimbote a Nueva York, la gran migración que hizo saltar a Chimbote de una ciudad de apenas 5,000 habitantes a una ciudad de 50,000 y luego a más, la convirtió en una ciudad cosmopolita. Llegaron de Arequipa, Loreto o Huancayo pero también llegaron a buscar fortuna de Francia, España, Palestina o Estados Unidos. Con ellos arribaron las distintas fiestas regionales y nacionales, sus vestimentas típicas, sus particularidades idiomáticas, sus diferentes razas, su religión y aquello que, después de la familia, se extraña más: la comida. Conozco de primera mano su ambiente multicultural. El que nos vendía el agua era un ciudadano norteamericano que se las ingenió para tender una red de tuberías de polietileno que abastecía desde una "bomba de agua" de su propiedad, en el barrio la Florida. El dueño del cine era francés. El que vendía loss cortes de la tela para nuestros uniformes era un árabe. Una ecuatoriana era gran amiga de la casa. Mi profesora de religión en "Inmaculada de la Merced", era española. Mi abuela era del departamento de Arequipa, mi abuelo de Leticia, ahora parte de Colombia, mi madre de Lima y mi padre de Trujillo. Bebíamos cerveza en el Rojitas y en El Chaval, de vez en cuando en el Casino Español y en una época una argentina, Estela Mauceri, nos abrió los ojos, con las exposiciones de su galeria, a la pintura. El escritor José María Arguedas pintó mejor la pluralidad regional de Chimbote, en el " Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo"Chimbote es una avanzada de la modernidad en el más amplio de loss campos, el de la cultura. En buena cuenta, como en todas las épocas y todas las civilizaciones, lo más importante en las ciudades como en las personas no es el vestido que las engalana o los harapos que la afean sino el talante y el talento de sus gentes. Del mismo barro estan hechos loss chimbotanos y los neoyorquinos, en ciudades que han sido puentes entre culturas distintas.
(1). La cuarta impresión fue agradable: un barra de chimbotanos, con una banderola "Somos del colegio Mundo Mejor" en el estadio de Los Gigantes de New Jersey, en el encuentro de fútbol Perú-México.

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