The Gates se va de Nueva York

por: Gery Vereau
Nos quedan pocos días antes que el 27 de febrero empiece a desmontarse The Gates (Las Puertas) del Central Park, hasta hoy con rumbo desconocido.

Que es The Gates?
Sería un acto de inocencia preguntárselo a Christo y Jeanne Claude, los creadores de esta gigante bufanda naranja que serpentea el Central Park.

Es como preguntarle a un poeta el significado de su poema o a un músico como suenan las partituras, porque el significado del arte no pertenece a los artistas, son patrimonio de la interpretación personal.

A la puertoriqueña Brenda Hil su papá le preguntó lo mismo "Mira papi" le respondió "si dos personas pueden conversar sobre The Gates ya es algo, ya sucede algo".

Sin embargo para entenderlo hay que caminar bajo el dintel de las puertas, allí descubriremos que no es una instalación para ser contemplada, se ha hecho para ser experimentada, vivida.

Y The Gates nos invita a caminar por los senderos invernales del Central Park, usando el naranja como un acicate para desacatar el gris imperante que espanta a los viandantes, pero no se deje engañar aparentemente nos lleva a ninguna parte, no, nos lleva hacia nosotros mismos.

A toda gran ciudad se le pide hacer posible disfrutarla en el acto de caminar por sus calles, y The Gates nos sustrae por un momento del torbellino de la gran metrópoli, de su magnificiencia apabullante y del diario empeño de ser y hacer más que el otro, para llevarnos a una zona blanca donde el ciudadano de a pie, rico o pobre, es el actor y el motivo principal.

Para que al volver a las calles de la Gran Manzana, digamos que nosotros, los residentes y los turistas, somos la otra mitad más importante de Nueva York.