Nueva York sigue en liza

por: Gery Vereau

Si piensa que la sede olímpica para Nueva York ha quedado en punto muerto luego de que no se aprobara el financiamiento estatal para el estadio olímpico en Manhattan, o del desánimo inicial del alcalde Michael Bloomberg -o tal vez por el entusiasmo de la Comisión Técnica del Comité Olímpico Internacional (COI) por París, ciudad que quedó en tercer lugar en la competencia por la sede olímpica del 2008- puede que esté en un error.

En este punto, peor le ha ido a Madrid, pues el informe de la comisión ha encontrado insuficiencia de hoteles en Palma de Mallorca, problemas con el transporte, ruidos molestos en las proximidades de la Villa Olímpica y su alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, dice que "Madrid está en cabeza".


Que el estadio olímpico se construya en Queens, como lo anunció el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberrg, un distrito que recibió halagos de los miembros de la comisión durante su visita a Nueva York por su diversidad étnica -lo que coincide con el espíritu olímpico-, no trastocaría el esquema logístico de las Olimpiadas propuesto por Nueva York, que tiene como corazón la Villa Olímpica, en donde confluye el sistema de rutas de transporte Olimpics-X.

Por lo demás, el informe, que será entregado el 6 de julio, a los 100 electores (que son en total 116, pero que excluye al presidente y a los representantes de las sedes ante el COI), es meramente referencial porque, pese a lo que diga el COI, el voto finalmente tiene un componente emotivo, como lo ha sostenido Juan Antonio Samaranch, el ex presidente del Comité Olímpico Internacional por más de 20 años.

También, es cierto que la disputa por la sede, pese a todas las precauciones ocurre tras bambalinas.

Las pruebas: los parisinos pidieron al alcalde de México, Andrés Manuel López Obrador, sin éxito, que apoyara su candidatura; la BBC de Londres ha descubierto una red de venta de votos, y el presidente del Comité Olímpico de Irak, Ahmed Al Samarrai, anticipó que apoyará a Madrid.

La última palabra no está dicha, lo del estadio es sólo una valla en el camino. En Nueva York estamos entusiastas.