por: Gery Vereau
Si las naciones ponen oídos a la propuesta del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para sacar de Estados Unidos las Naciones Unidas, ¿qué deberíamos hacer con la sede de la ONU de Nueva York? ¿Convertirla en un edificio de apartamentos o dejar que el tiempo, las cucarachas y el polvo la habiten hasta que sea demolida?
Chávez apunta para el lado equivocado. La sede de las Naciones Unidas, el recinto donde los jefes de estado dicen la verdad o se equivocan, aciertan o presumen resolver los problemas del mundo, es territorio internacional y la Casa Blanca, la bestia negra de su retórica, no tiene soberanía sobre ella. Por ello es que tiene su propia fuerza de seguridad, emite su sello de correo y padece los problemas económicos de todo propietario agobiado.
En cambio, la propuesta de Chávez le arrebataría recursos a Nueva York que, según El Universal, de Caracas, le generaron $3,500 millones en 1997 (la oficina de Desarrollo Económico del municipio de Nueva York tiene para estos tiempos cálculos más conservadores: $2,500 millones). Además, dejaría en la calle a 18,000 trabajadores neoyorquinos que, según esta oficina municipal, trabajan alrededor de sus actividades.
Pero pasa algo más serio en la sede de la ONU: el edificio de cristal en Manhattan, de 1951, tiene goteras en el techo, asbesto y plomo en sus paredes, el mármol es endeble, el sistema de bombeo del agua es obsoleto, algunas salidas de emergencia son inutilizables, en suma, necesita renovación. Mientras se repara, lo dijo en mayo último su secretario general, Kofi Annan, se puede llevar la sede a Brooklyn. En este momento, cuatro meses después, el vicesecretario general administrativo de la ONU, Christopher Burnham, y el funcionario a cargo de la parte financiera, están revisando todo el plan de renovación.
Y es que las finanzas de la ONU no son buenas. Estados Unidos había aprobado, para este proyecto de renovación, el plan capital maestro (Capital Master Plan) de la ONU, un préstamo de $1,200 millones, con el 5.54% de interés anual, que debía ser tomado o dejado este 30 de septiembre.
Pragati Pascale, un vocero de la ONU, sostiene que el plazo ha sido corrido merced a una nueva propuesta norteamericana que reduce el interés anual a 5.35, que aún no les ha llegado por escrito y la esperan para después del inicio del año fiscal norteamericano, que empieza en octubre.
Tal vez el presidente Hugo Chávez, tan magnánimo, que ofreció ayudar a solucionar los problemas del río que bordea el condado del Bronx de Nueva York, podría darle una ayudita a la ONU.
Thursday, September 29, 2005
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment