Sunday, November 02, 2008

Un Presidente Global

Por: Gery Vereau

El tema de la inmigracion, caro a nuestra comunidad, perdió impulso conforme la campaña presidencial actual avanzó. El mensaje implícito es éste: primero hay que arreglar la economía y después nos ocupamos de la inmigración.

La verdad es que, al menos por ahora, las arterias que amenazan paralizar el corazón de la actual sociedad no dependen del afán de ganancia o provecho económico sino de la confianza. Hablando en cristiano es un asunto sicológico antes que un asunto material. Y de ello dependen nuestros puestos de trabajo de hoy y de mañana.

De ello hablaron recién en el Centro de Graduados de la Universidad de Nueva York, Hernando de Soto (El Misterio del Capital) cuando habló de las reglas de la ¨bursatilización¨ donde nadie sabe donde estan los activos de la bolsa de valores porque no hay registros ni reglas de traslado por lo que no se sabe cuanta propiedad impagable tiene cada banco y como consecuencia cada uno desconfia del otro; y el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz, cuando habló de que la desregulación del mercado financiero, léase descontrol de cómo se compra y se vende acciones de las empresas, es el meollo de la crisis actual.

Todo ello va al mismo hoyo: hay crisis de confianza. La prueba es que los inversionistas no respaldaron el plan de rescate financiero de la administración actual y la bolsa entro en un carrousel irregular de caídas profundas y picos leves, del cúal hasta hoy no se puede salir.

Es por ello que el próximo presidente de los Estados Unidos, el principal país consumidor del mundo, el emisor de la moneda de referencia en los mercados mundiales, el monitoreador de las relaciones internacionales, el primer productor de entretenimiento, el número uno en productividad, debe ser alguien capaz de capitanear el capitalismo del entusiasmo.

Debe ser quien del último rincón de la China al esquivo recodo campesino del Brasil, de la selva más urbana del Africa a las playas de Oceanía, del elegante bistro parisino al último suburbio neoyorquino encarne un propósito impulsador. Debe ser un presidente para una era global. Debe ser un Flautista de Hamelin a la inversa, debe encantar a las gentes para llevarlas a un nuevo horizonte de progreso.

Hacia lo que los hombres, a falta de una palabra más luminosa, hemos venido en llamar esperanza. Quien encarne eso ganará la presidencia de los Estados Unidos y más vale que sea en buena lid.

Y,antes de terminar, hay algo que no quiero dejar para la próxima columna.

Cualquiera sea el resultado, estas habran sido unas elecciones excepcionales porque se han presentado todas las opciones históricas y sociales que conviven en el maistream.

Se presentó un latino cómo Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y ex-Secretario de Energía; una mujer, la senadora por Nueva York Hillary Clinton; una persona de color como el senador Barack Obama, todos ellos junto a un veterano de guerra, nacido fuera de las fronteras de EEUU, en la zona del Canal de Panamá, el senador Jon McCain.


Es cómo si la sociedad americana haya decidido hechar al ruedo sus mejores cartas - porque todos ellos los nombrados son figuras excepcionales- para luego someter a prueba su inteligencia. habilidad, fuerza y fortaleza en el fuego de la campaña electoral, como la espada que prueba su nobleza y firmeza en el yunque.

De manera que podemos decir que somos testigos de un momento excepcional, de tránsito, en la vida de los Estados Unidos y del Mundo porque después de éstas elecciones nada será como antes.

No comments: